Los docentes dispuestos a innovar y a implantar metodologías que fomenten la motivación del estudiante hemos de ser cautos, ya que hay alumnos que entienden al profesor como fuente de conocimientos y como centro del proceso de aprendizaje, de modo que no suelen recibir bien que la información provenga de otras fuentes o que sean los propios alumnos los que lideren la clase. Tanto los profesores como los alumnos debemos de asumir que la innovación educativa lleva consigo un cambio de mentalidad, tal y como apunta Ramos (2002: 29): “Innovar no es sólo cambiar la práctica docente sino, y sobre todo, cambiar los valores, las creencias y las ideas que fundamentan la acción del profesorado y del alumnado.”
Dado el papel crucial de la motivación del alumnado en el marco del EEES, en la presente comunicación, relacionada con la innovación educativa y la investigación en docencia universitaria, pretendemos analizar y reflexionar sobre los elementos y las variables del proceso de enseñanza-aprendizaje que motivan a los alumnos, a saber, el papel del profesorado, la metodología empleada y el clima de trabajo y convivencia en el aula. De este modo, seremos capaces de dar respuesta a las siguientes preguntas que nos permitirán profundizar en las variables incidentes en la motivación y en la relación entre ésta, las metodologías activas y unos mejores resultados en la evaluación:
- ¿Facilita el aprendizaje y la motivación de un alumno por una asignatura el hecho de que el profesor fomente el debate, invite a los alumnos a participar, se trabaje por grupos, etc.?
- ¿Hasta qué punto influye un buen ambiente en la clase para despertar más el interés de un alumno por la asignatura?
- ¿Cómo puede la innovación y las metodologías activas en general y los nuevos instrumentos de evaluación en particular contribuir a aumentar la motivación del alumno para aprender y al profesor a mejorar sus prácticas docentes?
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